Cuando te pones unas gafas nuevas con corrección para el astigmatismo, tu visión cambia de forma inmediata. A diferencia de otros problemas visuales como la miopía o la hipermetropía, el astigmatismo provoca una distorsión en la percepción de las formas y la profundidad.
Esto se debe a que la córnea no es completamente redonda, sino que tiene una curvatura irregular que desvía la luz de manera desigual, por eso puede ser difícil acostumbrarse a las gafas para el astigmatismo los primeros días.
Las razones por las que puedes notar molestias son:
Distorsión inicial: la nueva graduación corrige la visión, pero tu cerebro necesita procesar el cambio y reajustar cómo interpreta los objetos y su posición en el espacio.
Movimiento ocular diferente: los ojos deben acostumbrarse a las gafas para el astigmatismo moviéndose de otra manera, ya que con las gafas recibirán una imagen más nítida y con menos desenfoque.
Cambio en la percepción de la profundidad: algunos objetos pueden parecer más cerca o más lejos de lo que estabas acostumbrado antes de usar gafas.
Fatiga visual: al principio, es común sentir cansancio en los ojos, ya que están trabajando más de lo habitual para adaptarse.