Existen 4 síntomas comunes que indican que tus gafas graduadas están mal. Estos suelen aparecer poco tiempo después de haber comprado unas gafas nuevas o haber cambiado los cristales, ya que se habrá aplicado una hipercorrección que provoca efectos como:
– Visión borrosa. Aunque no sea muy pronunciada, puedes notar falta de nitidez y que tengas que hacer un sobreesfuerzo para leer claramente un libro (si tienes hipermetropía) o un cartel (si tienes miopía).
– Dolor de cabeza. Ese trabajo extra que hacen los ojos para que veas lo mejor posible se traduce en dolores de cabeza, que aparecen especialmente al final del día, cuando ya llevas muchas horas con las gafas.
– Mareos. Cambiar de enfoque, por ejemplo al pasar de mirar un objeto lejano a otro más cercano, así como girar la cabeza rápidamente, pueden provocar un pequeño mareo o sensación de vértigo.
– Lagrimeo y ojos rojos. Ese sobreesfuerzo también se traduce en que los ojos se enrojecen, escuecen y sueltan más lágrimas de lo habitual.